Abstract:
El debate en torno a las autonomías político-territoriales de perfil comunitario e indígena en América Latina ha abierto un campo fértil de discusión teórico-política sobre las alternativas societales, políticas, territoriales y ecológicas a partir de innumerables experiencias locales surgidas desde el ‘subsuelo de la política’. Dichos procesos autonómicos parecen cuestionar, principalmente, a los mismos Estados como modalidades de organización de la vida política de la sociedad y/o a la persistencia de dinámicas territoriales de acumulación y de despojo capitalista, con sus relaciones de exclusión y esquemas de poder colonial y dominación. Por tal razón, se destaca el papel de los procesos autonómicos indígenas y su influencia en procesos sociales y políticos más amplios; ya sea porque representan una inspiración para otras luchas sociales; ya sea por las exigencias y disputas por el reconocimiento y ejercicio de derechos colectivos; o ya sea por los modos de entender las posibilidades y formas en que los movimientos por la autonomía pueden representar formas societales de resistencia y de alternativa al orden dominante. Este panel se propone discutir en torno a la temática de las autonomías indígenas, a partir de algunas experiencias de resistencia comunitaria y construcción de autogobiernos en algunos territorios indígenas de América Latina, por parte de sujetos indígenas de matriz comunitaria. En tal sentido, se plantea reflexionar y debatir en torno a procesos de resistencia socioterritorial y de experiencias de construcción de autonomías desde lo comunitario, analizando distintas formas de autogobierno, autodeterminación y re-significación de lo político, diferente al poder planteado desde esquemas occidentales/coloniales/capitalistas.  El debate en torno a las autonomías político-territoriales ha abierto en América Latina un campo fértil de discusión teórico-política sobre las alternativas sociales, políticas, territoriales y productivas a partir de innumerables experiencias locales surgidas desde “subsuelo de la política” (Tapia, 2008). Dichos procesos autonómicos parecen cuestionar principalmente al capitalismo, como forma de organización humana y a los mismos Estados nacionales, como modalidades de organización de la vida política de la sociedad (Zibechi, 2008). A la vez, se presentarían como espacios no sólo territoriales sino político-societales donde se entretejerían embrionariamente relaciones horizontales, cooperativas y de reciprocidad, además de una enorme diversidad de formas alternativas productivas, democráticas y de gestión de los “bienes comunes” (Houtart, 2011). En ocasiones, quienes luchan, se organizan, resisten, crean y construyen estos experimentos de reorganización social, particularmente desde núcleos territoriales y espacios subalternos, acuden y aluden a la palabra autonomía para nombrar esas prácticas. El reclamo por las autonomías pareciera cuestionar, de manera radical, la misma idea formal y reducida de democracia (liberal), que se habría cristalizado como dogma hegemónico y como forma política dominante. En este sentido, la autonomía como noción profundamente política actualizaría a la vez viejas discusiones teórico-políticas en torno a la autodeterminación, así como su relación respecto a otros conceptos tan empolvados como la emancipación, la democracia y la libertad dentro de las sociedades, y de éstas en relación al Estado. La noción de autonomía aparece además estrechamente asociada a la problemática cultural y territorial de las autonomías locales y especialmente a las reivindicaciones de los pueblos indígenas y originarios. De igual modo, la expansión y consolidación del planteamiento autonómico es parte constitutiva de la mayoría de las luchas indígenas de América Latina, por el carácter articulador que adquiere en sus dos manifestaciones: la autonomía como fin y la autonomía como proceso en las luchas indígenas contemporáneas (Burguete, 2010). Los procesos políticos de construcción de autonomía desarrollados por los pueblos indígenas en la actualidad implicarían una concepción del mundo, de la vida en sociedad, de la naturaleza y de la relación sociedad/naturaleza distinta a la que propone el capitalismo. Procesos que también implicarían una diferencia sustancial en términos de la organización de los modos de vida y es por ello que se convierten, en muchos casos, en una amenaza para el sistema (Ceceña, 2008). La autonomía no consistiría en una declaración, ni representaría un objetivo ideológico, sino que estaría vinculada con la diferencia; los pueblos indígenas necesitan de la autonomía para proteger su cultura, su cosmovisión y su mundo como algo distinto al mundo hegemónico (Zibechi, 2008). En esa línea, el control del territorio sería la base primera sobre la que se construye la autonomía. Esto sería así porque la autonomía no sería una concesión de parte del Estado, sino una conquista de los sujetos indígenas que necesitan proteger y potenciar su diferencia para poder seguir existiendo como pueblos. Partiendo del interés por tratar de comprender, desde enfoques críticos, el sentido que los actores protagónicos e involucrados le otorgan a las autonomías, así como las formas en que se construyen las autonomías en la cotidianidad, al mismo tiempo que hacen propuestas en el plano político, económico y social a escalas más amplias, las cuales llevan a plantear opciones anticapitalistas, alternativas al Estado-nación y horizontes de descolonización, este panel propone un análisis en torno al papel de los procesos autonómicos indígenas y su influencia en procesos sociales y políticos más amplios, ya sea porque representan una inspiración para otras luchas sociales o un cuestionamiento a la persistencia de algunas relaciones socio-políticas y territoriales de exclusión y/o negación y los esquemas de poder y prácticas de dominación que los sustentan.