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Wednesday 06/12 - Ciencias Sociales / Sala L2
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Panel |
Wednesday 06/12 | 16:30 - 18:30 | Ciencias Sociales | L2 |
Infancias y juventudes en contextos de vulnerabilidad y violencia: nuevas formas de sociabilidad contemporánea (#9369)
María Camila Ospina Alvarado 1;
Sara Victoria Alvarado Salgado 1;
Rita de Cassia Alves Oliveira 2;
Marisa Feffermann 3; Miriam Abramovay 3; Elizabeth Borelli 2;
Alejandra Barcala 4;
Juan Carlos Amador Baquiro 5
1 - Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud (CINDE-Universidad de Manizales). 2 - PUC-SP. 3 - FLACSO Brasil. 4 - Universidad de Lanús. 5 - Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Abstract:
En una sociedad de capitalismo globalizado, en especial en América Latina, se observa el recrudecimiento de una tendencia totalitaria, resultado de las considerables contradicciones de un desarrollo tecnológico anclado en la reproducción de la miseria y de las desigualdades sociales con las múltiples expresiones de las violencias, que éstas traen consigo. En ese mundo tecnologizado, el progreso conduce a la legitimización de la intolerancia a través de la homogeneización y valorización de prácticas y sentidos copiados del binomio superioridad-inferioridad y de las lecturas deficitarias de niños, niñas, y jóvenes. En nuestras sociedades situaciones económicas, políticas, educativas, sociales, culturales, etc., que afectan y vulneran a los niños, niñas y jóvenes, exigen considerar las características que les diferencian justamente porque no todos los niños, niñas y jóvenes, se ven afectados de la misma forma, por el mismo tipo de violencia, ni por las mismas condiciones. Las consecuencias del desmoronamiento del Estado de Bienestar apuntan hacia el declive de un modelo de protección social, y sus formas institucionales, y la reducción de la capacidad de oferta de empleo al mismo tiempo en el que se perfeccionan los procesos de desregulación del trabajo y su consecuente descalificación (Castel, 1998; Taylor, 1999; Garland, 2001). La exclusión de la vida en la sociedad de esta parcela de la población, contribuye en la desestructuración de lazos comunitarios y en el desarrollo de otros procesos, como la violencia. Se observa el debilitamiento de los lazos sociales, desde la inseguridad en el empleo a la crisis de las relaciones sociales entre las personas (Hobsbawm, 2000; Bauman, 1998; Garland, 2001). La violencia, la exclusión, las discriminaciones, la pobreza, los problemas del medio ambiente y la cuestión del hambre se vuelven cuestiones globales. Estos factores expresan un escenario social con inmensos desafíos, entre ellos la evitación de la producción estructural de miseria y violencia, que a su vez ha encontrado como respuesta una creciente política de criminalización, que no sólo lesiona la capacidad de los jóvenes para ejercer sus derechos civiles, sino que también impulsa procesos de vinculación con el crimen organizado, dejándolos en los escaños más bajos de las estructuras delincuenciales. Es posible observar la exigencia de rigor punitivo de una sociedad aterrorizada que se traduce en penas severas para los transgresores y la criminalización generalizada de conductas. La actual filosofía del control del orden público presupone una distribución de justicia, como un problema de represión de los crímenes, y no como prevención de la violencia y oferta efectiva de seguridad, imponiendo la ideología del “Derecho Penal del Enemigo“(Jakobs, 1997; Moreno, 2014). Este escenario es poco prometedor para niñas, niños y jóvenes, que son parte de los segmentos de la población más afectados por la desigualdad social, las políticas de ajuste económico neoliberales y la falta de efectividad de las políticas sociales, por lo tanto los efectos de la violencia se agudizan. Los jóvenes aparecen como un retrato proyectivo de la sociedad, condensando angustias, miedos, pero también como una esperanza en relación con las tendencias sociales percibidas en el presente y a los rumbos que esas tendencias imprimen para la conformación social futura. La sociabilidad del joven pasa a estar totalmente relacionada con la contemporaneidad (Feffermann, 2006). El ser joven se relaciona con experiencias y sensaciones que invocan ambivalencias, alternan dudas y certezas, manifiestan descontento o reacciones a través de la formación de culturas juveniles, de tal manera que ser joven es una categoría que propicia el debate para simbolizar los dilemas contemporáneos. En los jóvenes, el deseo de experimentar lo nuevo está acompañado por incertezas, avidez de conocimientos, espanto e indeterminaciones cotidianas de una realidad que, simultáneamente, atrae y atemoriza. Por su parte, la violencia puede corresponder, bajo diferentes formas, a esfuerzos de afirmación y de participación en un mundo contradictorio, a la búsqueda de pertenencia y de reconocimiento (Abramovay et al, 2011). La familia y la escuela, por su parte sostienen relaciones fuertemente marcadas por la violencia en las que la construcción de subjetividades e identidades de niños y niñas se da desde visiones victimicistas y deficitarias. Así, la propuesta desarrollada en “Las Escuelas como Territorios de Paz” (Alvarado, et al., 2012) desde la cual se han propuesto acciones mancomunadas entre familia y escuela para favorecer el desarrollo del potencial humano para la construcción de paz, desde la identificación de potencias y recursos individuales y colectivos. Los contextos de violencia son diversos, responden a tiempos y espacios diferentes, sin embargo señalan consecuencias similares para el desarrollo. La violencia es una construcción social que se ve dibujada en diferentes espacios, incluso, no debe ser vista únicamente en su manifestación más explosiva y visible, sino también ser considerada como violencia simbólica, como parte de hechos de incivilidades e invisibilidades, que precisamente por ser más frecuentes parecen tener una mayor banalización. Al proponernos la discusión sobre infancias y juventudes e en contextos de violencia, consideramos la violencia imputada a estos jóvenes y practicada por ellos alimentando un círculo productor de condiciones de vulnerabilidad, que dificultan la construcción de una nueva realidad, en donde niños, niñas y jóvenes han de ser protagonistas. El panel busca posibilitar una reflexión sobre las infancias y las juventudes en el contexto de la violencia en América Latina, buscando comprender sus formas de expresión, de sociabilidad y de resistencia, de construcción de paz y de construcción de acción colectiva. Referencias Alvarado, S. V., Ospina, H. F., Quintero, M., Luna, M. T., Ospina-Alvarado, M. C., & Patiño, J. A. (2012). Las escuelas como territorios de paz Construcción social del niño y la niña como sujetos políticos en contextos de conflicto armado. Buenos Aires: CLACSO. Jakobs, G. (1997), “Criminalización en el estadio previo a la lesión de un bien jurídico”, en Estudios de Derecho Penal, México: UAM Ediciones, Civitas, p. 293-324. Moreno Hernández, Hugo César (2014). “Desciudadanización y estado de excepción” Andamios. Revista de Investigación Social, vol. 11, núm. 24, enero-abril, Universidad Autónoma de la Ciudad de México Distrito Federal, México. Pp. 125-148