Abstract:
 El presente proyecto realiza una recopilación de escenarios significativos que han venido aportando a la construcción de paz. La cual, va más allá de la ausencia de un conflicto armado y se encamina a la superación de inequidades y a la instauración de una justicia social, desde una perspectiva de cultura de paz, la cual,  ha sido desarrollado por las Naciones Unidas en la resolución A/52/13 de 1998, como  todos aquellos “valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones”.  Por lo tanto, la Cultura de Paz,  se puede entender como  una serie de acciones continuas que pueden ejercer diferentes actores sociales a nivel local, nacional e internacional.  Por tal razón, se apuesta a un ejercicio de cultura de paz, mediante un compromiso académico por la reflexión crítica y continua de los diferentes sujetos sociales, para reivindicación y visibilización de escenarios de paz; lo cuales son todas aquellas acciones de practica social que movilizan a los actores sociales para la construcción de paz y que recupera su memoria, experiencia y subjetividad.  Estos escenarios se caracterizan, por ser acciones organizadas desde la intervención o investigación social, en comunidades específicas a nivel local en Colombia que se han se  distinguido por desarrollar acciones encaminadas a la trasformación social desde una acción de cultura de paz en sus comunidades, reconstruyendo y construyendo memoria, como forma de reivindicación; las cuales, se sistematizan desde categorías comunes y propuestas que permitan la continuidad y sostenibilidad de los procesos en el marco de un posible acuerdo de paz.  

Abstract:
     Esta ponencia reflexiona sobre la manera como las mujeres resistieron a las tácticas de guerra impuesta por los grupos armados legales e ilegales en Medellín y Barrancabermeja en un período en que el conflicto sociopolítico se trasladó del territorio rural al urbano. Estas dos ciudades por su importancia geoestratégica se convirtieron en objetivo militar y político para los diferentes frentes guerrilleros, bloques de autodefensas, grupos de delincuencia común y fuerzas armadas estatales que tenían presencia en Colombia. La implicación de la sociedad civil en los enfrentamientos y el lugar dado al cuerpo de la mujer como medio para materializar los vejámenes de la guerra y lastimar al enemigo, fueron formas como se manifestó la degradación del conflicto en estas ciudades.      Ante la barbarie de la violencia, las mujeres desde sus fortalezas individuales y colectivas y apoyadas en lo simbólico, asignaron un valor fundamental a la reconstrucción de la memoria, a los actos de resistencia y de reparación que les permitieron construir lazos de solidaridad, establecer estrategias de defensa y protección ante los grupos armados para ellas y su entorno familiar, denunciar las continuas violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario y visibilizar la crítica situación de guerra ante la comunidad nacional e internacional. Por estas búsquedas muchas se convirtieron en líderes reconocidas pero también fueron objetivo militar, algunas debieron huir y otras perdieron a un ser querido o su propia vida.      En concreto, se busca reflexionar sobre cómo las mujeres afrontaron las múltiples formas de violencia derivadas de la dinámica impuesta por los actores armados legales e ilegales, con base en las propias voces de las protagonistas a través de entrevistas y otras fuentes documentales como revisión de prensa, informes y documentos institucionales. Apoyada en los conceptos de memoria, resistencia, violencia urbana y violencias de género discutidos ampliamente desde las Ciencias Sociales y desde la Sociología en particular, se busca compartir algunas de las acciones emprendidas por las mujeres ya fuera de manera individual o colectiva y la huella que estas experiencias tuvieron para permitirles resistir, para evitar el olvido y la impunidad, para ser una voz de denuncia y hasta para poner en jaque la estrategia militar y de control impuesta por los grupos armados.      Los hechos de guerra emprendidos por los armados y las múltiples respuestas no violentas asumidas por colectivos de mujeres en Medellín y Barrancabermeja se convierten en una clave de lectura académica para acercarse al estudio del conflicto sociopolítico y su impacto en Colombia en su historia más reciente.

Abstract:
Este trabajo expone los sentidos individuales y colectivos de Cuerpos Gramaticales como una acción colectiva de memoria que propone remover mediante el arte las violencias históricas derivadas del conflicto armado en Colombia, particularmente las vividas por los habitantes de la Comuna 13 de Medellín. En este orden se acude al performance como camino para exorcizar el dolor de manera individual y colectiva: en forma de ritual las personas siembran sus cuerpos humanos como semillas que en el contacto con la tierra pueden dejar sufrimientos agudos, mientras el dolor les atraviesa física y simbólicamente la existencia para permitir que un nuevo ser surja; así se busca proyectar el cuerpo como un lugar de resistencia que si bien guarda las huellas históricas de la confrontación bélica colombiana, tiene la capacidad de sanar el desconsuelo de la guerra mediante la catarsis “con el sentir de la tierra”.   Durante tres años consecutivos, cada 16 de octubre, en conmemoración a la Operación Orión y los hechos desplegados por las otras operaciones militares instauradas en el territorio, la acción ha tenido lugar en diferentes espacios liderados por el colectivo AgroArte, pero también ha contado con incidencia y participación de otras organizaciones de la región y el país que ven representadas sus luchas en los objetivos que direcciona la acción, pues si bien ésta pone especial ahínco en el escenario de la desaparición forzada y La Escombrera, como lugar de impunidad donde se presume que están los cuerpos de cerca de trescientas personas desaparecidas; no deja por fuera la reclamación que otras víctimas presentan frente al atropello de sus derechos y degradación sistemática de la vida como parte de las violencias que surcan el territorio y la trayectoria nacional.   Se registra así una recopilación detallada de la preparación y puesta en marcha de la acción, especialmente de su tercera versión en el año 2016, se explora mediante el proceso de construcción de subjetividades políticas, y se discuten sus alcances frente a las demandas sociales que suscita el conflicto armado en el territorio. Finalmente, es importante rescatar el aporte a nivel metodológico en la forma de abordar los espacios vinculantes de la acción colectiva y los sujetos inmersos en la misma, pues se reconoce la validez de la experiencia sensible de estos a través de relatos personales que admiten narrar el contexto desde una óptica alternativa a la exposición científica tradicional, posibilitando la enunciación de la memoria desde otros sentidos.    

Abstract:
El conflicto armado en Guatemala terminó por la vía política en diciembre de 1996. La firma de los Acuerdos de paz representa un punto de quiebre que marca un antes y un después en el devenir histórico de la sociedad guatemalteca. De ahí que sea posible pensar su historia reciente a partir de dos grandes momentos: el conflicto armado y la democratización del país. El conflicto armado (1960-1996) se caracterizó por el cierre de espacios políticos, por la consolidación del anticomunismo como discurso y por la militarización del aparato burocrático. Como resultado se exacerbó el uso de la violencia como estrategia para conservar el poder político y económico en pocas manos, agudizándose así las desigualdades estructurales existentes. Como respuesta surgieron organizaciones político-militar integradas inicialmente por cuadros militares de corte nacionalista y miembros del partido comunista. Años más tarde, sus filas serían engrosadas por campesinos. La democratización del país no llegó acompañado de la tan ansiada paz, las manifestaciones de violencia pasaron de estar centradas en el binomio Estado-Guerrilla, a la esfera cotidiana, quedando pendiente hasta la fecha la titánica tarea de construir una paz sólida. Así también, este segundo momento vino acompañado de una serie de procesos relacionados a la producción de memorias en torno al pasado, condición que motivó una fuerte pugna en el campo de lo simbólico entre múltiples relatos en virtud de obtener visibilidad y reconocimiento. En esta escenario de reordenamiento político, un grupo de combatientes desmovilizados de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) y sus familias, conformaron en 1998 la Cooperativa Integral Agrícola Nuevo Horizonte. A raíz de esta opción para reinsertarse a la vida civil, la recuperación de la memoria del pasado inmediato cobró especial sentido ante la necesidad de construir y apuntalar la identidad colectiva de la comunidad que comenzaba a construirse. Para dicho emprendimiento se tomaron prestados del pasado valores, ideologías y miradas para re significarlas y así posibilitar la proyección un futuro. Esta acción devino en la construcción de una serie prácticas de rememoración insertas en la búsqueda de reconocimiento tanto al interior de la comunidad, como al exterior de la misma. Una de las estrategias de construcción de memoria, ha sido la conservación y disposición de “fotografías históricas” en colecciones comunitarias y personales. Tanto el museo de la Cooperativa como los archivos personales de los cooperativistas, sitúan a la fotografía como evidencia y pretexto para catalizar recuerdos. La riqueza de los sentidos que estas narrativas construyen en la vida social de la comunidad, permite problematizar la relación existente entre la individualidad y colectividad de la memoria y de sus usos políticos. Consolidando una reflexión clave que contribuye a romper con nociones abarcadores y relatos absolutos.

Abstract:
Pensar a América Latina dos desaparecidos tem sido um árduo trabalho de resgate de memórias das últimas décadas do século XX. O desaparecimento forçado como estratégia das ditaduras militares contra opositores políticos representou a face mais perversa deste período no continente – dada a contínua disputa pela verdade e pela justiça. Contudo, esta grave violação aos direitos humanos, perpetrada pelos Estados, segue recorrente na América Latina democrática evidenciando uma ferida aberta. Analisar as narrativas baseadas na memória sobre o desaparecimento forçado, em específico, o caso dos 43 estudantes normalistas de Ayotzinapa, no México, é objetivo desta pesquisa. A centralidade do Estado como perpetuador das agressões e responsável pelo aparato da força é encarada a partir de uma análise histórica. Na América Latina, o desaparecimento forçado parece ter origens enraizadas em sua formação. É possível identificar o desaparecimento servindo como base do processo de colonização dos povos, de ocupação dos territórios e de exploração das riquezas. A herança dos tempos coloniais é comumente memorada a partir da violência dos colonizadores que articularam suas ações oscilando entre a destruição física, material, cultural e humana das populações nativas e a incorporação, cooptação e assimilação dessas mesmas comunidades. O núcleo principal da lógica que sustenta colonialidade/modernidade (QUIJANO, 2010) é a concepção humana que aponta a inferiores e superiores, irracionais e racionais, primitivos e civilizados. A divisão do pensamento abissal (SANTOS, 2010) e a formação da modernidade/colonialidade parecem estar relacionadas e fundamentam a ideia e criação da América Latina. Mignolo (2007) aponta a importância da palavra, do idioma, do poder de enunciação na criação do continente. Para o autor, os relatos euroamericanos que produziram a ideia e a imagem de América – na criação da memória pela escrita – formaram não apenas o sentimento de inferioridade, sintoma máximo da ferida colonial (MIGNOLO, 2007), mas principalmente as ausências, ou melhor, a história dos silêncios. A violência da colonização e a herança colonial reconfigurada em Estados violentos parecem centrais ao pensar o desaparecer. Na disputa pelos sentidos e verdades do desaparecimento forçado de pessoas, a luta por memória encabeçada pelos sobreviventes e familiares dos que desapareceram se torna central. É uma batalha firmada nas narrativas sobre a violência e nas armadilhas dos vestígios da ação estatal que ainda restam. Esta pesquisa se enquadra no mesmo registro: na análise da disputa narrativa sobre os sentidos do desaparecimento, mas com uma ressalva, é sobre os desaparecidos deste século XXI.

Abstract:
O artigo parte de narrativas recorrentes no município de Pinhão/PR (Brasil) – em especial na região dos faxinais (comunidades tradicionais) dos Ribeiros e Taquaras, Serra do Mariano, Poço Grande – nas quais as trajetórias familiares, em um passado remoto, se vinculam a relatos de guerras em que ancestrais foram obrigados a participar e/ou das quais precisaram fugir; à desumanização vivida por estes ancestrais em tais contextos; bem como à opressão sofrida, normalmente vinculada a forças de repressão oficiais: os “soldados”. Guerras que abrangem tanto conflitos internacionais e nacionais identificados – como as Guerras Mundiais, a Guerra do Paraguai, a Guerra do Contestado ou a Revolução de 1930 – quanto a memória de embates sangrentos cuja época e local são mal definidos. A análise de tais relatos, por sua vez, leva à reflexão de dois aspectos centrais: 1) a maneira pela qual eles representam visões não colonialistas da história, resultantes de um olhar subalterno, que se contrapõem ao discurso oficial de povoamento e desenvolvimento do território paranaense – destacando-se a afirmação dos representantes das forças estatais como os grandes opressores; 2) o destaque dado, em tais narrativas, aos deslocamentos dos ancestrais por regiões vastas como estratégias de sobrevivência, de resistência à opressão e de conquista de um território de liberdade. Argumenta-se, então, que a perspectiva local sobre a história tem o movimento como seu eixo, sendo através dele que os ancestrais conseguem resistir, se constituir como sujeitos e construir o vínculo com o território – que é sempre mais amplo que o lugar efetivamente ocupado e, simultaneamente, uma etapa de um caminho percorrido. Uma perspectiva centrada na continuidade da resistência e do movimento, não em grandes eventos significativos. Na capacidade de manter valores e formas tradicionais de ser e viver, apesar dos violentos processos de conquista e expropriação a que tais povos foram submetidos.

Abstract:
Entre os anos 1950 e 1980 ocorreram mais de duzentos conflitos por terra no Estado do Rio de Janeiro. Embora tais dados sugiram a existência de um meio rural permeado de tensões oriundas de relações sociais e produtivas complexas, consolidou-se na historiografia e no senso comum uma visão teleológica do campo nesta região. Compreendidas como espaços arcaicos fadados à modernização, as áreas rurais fluminenses perderam sua consistência histórica e desqualificaram-se como objeto de estudo na medida em que se confundiram com o atraso e deixaram de existir sob a influência do progresso vindo da cidade (Wanderley, 1997). As lutas camponesas, consequentemente, passaram a constituir uma dimensão silenciada da luta de classes deflagrada pelos processos de urbanização, periferização e especulação imobiliária que se intensificaram por todo o estado a partir da década de 1930.             O projeto “Conflitos por terra e repressão no campo no estado do Rio de Janeiro (1946-1988)”, coordenado pela professora Leonilde Medeiros (CPDA/UFRRJ) para subsidiar a Comissão Estadual da Verdade (CEV-Rio), debruçou-se, durante dois anos, sobre tais situações conflitivas. Contribuiu para descortinar, a partir de vasta pesquisa empírica e documental, uma miríade de atores e relações sociais, produtivas e de dominação que permeavam o campo fluminense no período temporal delimitado, bem como lançou luz sobre notáveis experiências de resistência organizadas por lavradores ameaçados de perderem suas terras e, mais tarde, articulados em torno da bandeira da reforma agrária. Com base no acúmulo produzido por este supracitado projeto e em dezenas de entrevistas realizadas desde os anos 1980 (disponíveis no acervo do NMSPP/CPDA/UFRRJ), o presente artigo objetiva analisar os conflitos fundiários fluminenses a partir das narrativas produzidas individual e coletivamente por camponeses e camponesas imbricados na luta pela terra. Partimos da premissa de que a reconstrução histórica dos conflitos através da recuperação de memórias por muito tempo silenciadas (POLLAK, 1989), revela um complexo universo de práticas e resistências sociais invisibilizadas pela narrativa da história única (BLOCH, 2001). Contribui, desta maneira, para que possamos pensar processos contemporâneos na chave do compromisso com a não-repetição de ações violadoras de direitos, justificadas, em grande medida, pelas demandas da modernização e do crescimento econômico. Se por um lado a análise de um largo período histórico evidencia atores e estratégias próprios a determinadas conjunturas, por outro permite que tracemos paralelos entre situações que, embora diferenciadas no tempo, compartilham uma origem comum e resultam em dinâmicas de reação por parte daqueles que, pela terra ou pelo território, se organizam em defesa de direitos. A reconstrução do passado a partir da formulação de uma “história a contrapelo” (BENJAMIN, 1986) constitui-se em condição basilar para a compreensão crítica dos processos contemporâneos.   

Abstract:
La necesidad sociológica de entender diversos procesos significativos en el ámbito de las interacciones sociales, obliga a analizar desde un imaginario colectivo como ciertos fenómenos sociales son asimilados y desmenuzados a partir de subjetividades personales y colectivas. Estos desmenuzamientos se vuelven en interpretaciones sociales que sellan la visión social  acerca de un espacio determinado, pero que a la vez, lo convierten en parte de una memoria que se comparte en diversos espacios geográficos. Las narrativas se convierten en el flujo comunicativo que ironizan, estigmatizan y encajonan al objeto-espacio aludido. En esta perspectiva el fenómeno de la violencia en ciudad Juárez México, a partir del feminicidio y la violencia generada por el crimen organizado y las fuerzas del orden en su enfrentamiento, originaron que esta ciudad se convirtiera en una especificidad urbana juzgada como sui generis. Un espacio urbano subjetivado por el crimen e imaginado bajo la construcción de los noticieros televisivos y otros medios de comunicación. Sin embargo, al interior de su sociedad existen emociones, anhelos compartidos, memoria lastimada por los hechos violentos, una sociedad que se siente estigmatizada pero que intenta con varios obstáculos por delante, retomar un rumbo diferente. La presente ponencia pretende rescatar subjetividades basadas en la memoria de los habitantes de esta ciudad, que reflejen el pasado de la violencia, su simbolismo y la actual situación latente donde aún existe el temor. Una frontera que se desarrolla entre valores heterogéneos, ciudad cercana al país hegemon y ciudad refugio  de sectores proletarizados del país. Pero también donde existe una vida cotidiana de lucha por la sobrevivencia y por espacios de interconectividad comunitaria.

Abstract:
La Clínica Central fue una institución médica privada que funcionó desde agosto de 1935 hasta aproximadamente 1962, en la ciudad de Bogotá – Colombia. A este lugar fue llevado el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán Ayala,  el 9 de abril de 1948, para ser atendido de urgencia después de haber recibido tres impactos de bala en la espalda, cuando salía de su oficina ubicada en la Carrera 7 con Avenida Jiménez aproximadamente la 1:00pm, en pleno centro de la capital. Este hecho marcó un punto de inflexión en la historia colombiana contemporánea, ya que con su muerte, se recrudeció la violencia política entre liberales y conservadores, situación que generó entre 200 y 300 mil muertes aproximadamente. La insurrección urbana que se extendió a varias ciudades y regiones del país, como resultado de este asesinato, es conocida en múltiples películas y escritos de Historia, Literatura, Sociología y Antropología,  como el Bogotazo. En este contexto, la Clínica Central ocupó un papel de suma importancia, por ser el lugar donde finalmente murió Gaitán, este hecho hace que dicha institución se constituya en un lugar de importancia para la construcción de la memoria colectiva, al ser un activador de la misma, y a la vez, un sitio que encierra tensión y disputa por las memorias que allí están en juego, como lo afirma Elizabeth Jelin, en la medida en que existen diferentes interpretaciones sociales del pasado, las fechas públicas se convierten en objeto de disputas y conflictos.[1]   Por lo anterior, esta ponencia tendrá como objetivo analizar el papel de la Clínica Central como lugar de tensiones, disputas y construcción de memoria colectiva, alrededor de los hechos relacionados con el asesinato de Jorge Eliécer el 9 de abril de 1948 en Bogotá – Colombia.   [1] Elizabeth Jelin, Compiladora, Las conmemoraciones: Las disputas en las fechas "in-felices", España: Editorial Siglo XXI, 2002, p. 1.

Abstract:
En los últimos cuatro años he participado en la construcción de los perfiles biográficos de más de cien víctimas del conflicto armado colombiano siendo funcionaria  del Centro Nacional de Memoria Histórica. Hombres, mujeres, adultos mayores, niños, jovencitos, brujas, conductores, ladrones, diputados, agricultores, líderes, sociólogos, cantantes, comerciantes han sido narrados por familias a través de textos, exposiciones y audiovisuales que se espera alguna vez sean apropiados por las futuras generaciones y por una sociedad a la que poco le ha importado la violencia.  La mayoría de estas biografías han sido ordenadas por jueces que han asumido que contribuyen a la reparación de  víctimas de homicidio, secuestro, desaparición, violencia sexual....  Los jueces  saben que los escenarios judiciales lastiman a las victimas porque terminan posicionando la voz del victimario y acuden a la memoria para que desde su lógica particular y caprichosa posicione sus voces. La teoría afirma que los ejercicios biográficos aportan a los procesos de duelo, cuestionan los órdenes instalados por los grupos armados y dignifican.  Se asume además que el público que recibe la biografía reconoce a las víctimas, se solidariza con ellas y reprueba lo que sucedió.  Historia tras historia, sin embargo, se deshacen los supuestos teóricos y jurídicos. Textos biográficos sin indemnización ofender a los familiares de las víctimas. Familias fragmentadas por la guerra y por la vida disputan el sentido y los recuerdos que deben posicionarse. Historias grises en las biografías de cada víctima generan profundos dilemas éticos. Lógicas revanchistas muestran por qué la guerra no se acaba. Textos e imágenes son desconocidos o presenciados con bostezos por una sociedad que nunca ha reconocido a los sectores victimizados. Pero si bien las dudas asaltan, las biografías parecen tener también un inmenso potencial.  Permiten comprender la guerra desde la cotidianidad.  Ratifican el derecho a vivir en ordenes armados interiorizados.  Generan conversaciones familiares siempre obviadas A través de la ponencia pretendo entonces recoger estas reflexiones intentando responder a través de los casos trabajados a múltiples preguntas ¿qué nos cuentan las biografías sobre la guerra?, ¿qué repara una biografía?, ¿acaso las palabras sanan?, ¿cómo hacer que una biografía contribuya a los provesos de reparación?, ¿necesita una sociedad como la colombiana 200.000 historias para dimensionar el valor de la vida?, ¿tiene sentido seguir reconstruyendo biografías desde el estado? y finalmente ¿qué pasa con biógrafos que acumulan cientos de historias de dolor?

Abstract:
Esta ponencia tiene como objetivo explorar y exponer tres ejes fundamentales: espacios, empoderamiento y desafíos de mujeres víctimas del conflicto armado colombiano visto desde los procesos de memoria histórica que se han implementado en la actualidad. Dejar el futuro en los rieles de las balas no fue evidentemente la solución. En medio de los tiempos más arduos personas, colectivos, organizaciones oficiales y no oficiales que no creían, ni apoyaban tan fatalista medida, buscaron otros caminos hacia la construcción y transformación de este país. Experiencias en varias regiones sobre la construcción de la memoria y lugares de la memoria, como formas de denuncia, de esclarecimiento, de no olvido, de intentar recomponer lo que la violencia rompió, dejaron entrever que aunque la guerra golpea fuerte, son más los que resisten y persisten. Estas luchas no solo fueron propias, sino que se llevaron a un plano colectivo con una fuerte marca política por el reconocimiento de las víctimas y sus derechos. En el año 2011 se expide la ley 1448, la llamada “ley de víctimas”. Esta ley fue un paso por parte del Estado y de cierta manera una victoria en la lucha de las víctimas. Bajo esta ley se ampara el tema que hoy se trae a diálogo, el MNM. La construcción física y de contenidos del MNM estará pautada por una serie de objetivos que dan respuesta a las demandas legales estipuladas en la Ley 1448 del 2011, así como las exigencias por parte de las víctimas y de las expectativas que genera en otros sectores de la sociedad. Todo esto nos llevará a comprender qué quiere decir producir resistencia y subversión de los marcos sociales.