Abstract:
El concepto de ingobernabilidad ha sido operacionalizado en programas y modelos de intervención que se utilizan en el tratamiento de situaciones de drogo y co dependencia. El programa principal, en el que se inicia el empleo de dicho concepto es el de los 12 pasos promovido y difundido por Alcohólicos Anónimos (AA). Hemos encontrado referentes empíricos, que muestran una definición ambigua, en la literatura de AA, por ejemplo en el Gran Libro; así como en una diversidad de blog´s, foros y grupos en Internet en los cuales se dan indicaciones y pautas para identificar la ingobernabilidad. La utilización empírica tan extendida, apoyada desde el anonimato de profesionales que forman parte de estos grupos, tiene lugar debido a que el punto de partida para la recuperación promovido por AA es que la persona reconozca y se auto-defina como ingobernable. De esta manera, se considera que para que el tratamiento tenga el éxito deseado, lo ideal es que la persona confiese su supuesta enfermedad o anormalidad. Esto generaría un encierro-enclaustramiento, primero, por estar contenido en un espacio físico; segundo, por reconocerse dominado por su propia ingobernabilidad. Por ello nuestra presentación tiene como objetivo: analizar el papel de la confesión en nuestra sociedad pero sobre todo en el proceso de “sanación” promovido por los grupos AA. Para lograr dicho objetivo en primer lugar presentaremos el concepto de ingobernabilidad y confesión desarrollado por Foucault; así como avances de análisis de entrevistas realizadas a personas que han estado en Casa de Desintoxicación. Finalmente señalamos que la metodología utilizada en esta investigación ha sido la cualitativa mediante el desarrollo de las técnicas de observación participante en una Casa de Desintoxicación para mujeres así como la entrevista a profundidad a personas que han estado internados en Casas de Desintoxicación ubicadas en el Área Metropolitana de Monterrey, México.  

Abstract:
A partir de un primer ensayo de seminario electivo que habilitamos durante el segundo semestre de 2016 en la carrera de Trabajo Social, de la Universidad Nacional de Rosario, denominado “Cuerpos, política, trabajo, emoción y arte en las intervenciones en lo social” sistematizamos algunas reflexiones con miras a pensar nuevas cartografías y coordenadas que nos posibilita el entrenamiento y el registro de los cuerpos. Las líneas de nuestras reflexiones tienen como coordenadas los “cuerpos situados”, la “escritura situada”, los “conocimientos situados”, las “intervenciones situadas” que, de algún modo, los concebimos como movimientos tensionales y también decoloniales del enseñar y aprender en las Ciencias Sociales, del investigar y también acerca del intervenir en la realidad social. ¿Cómo decolonizar la moderna concepción occidental de que el cuerpo es antónimo del alma y de las emociones?, ¿de qué forma trabajar por la “y” en una cultura que disocia y dicotomiza cuerpo-mente; pensamiento-sentimiento?, ¿cómo destrabar los procesos obstaculizadores emanados de la jerarquización del saber académico por sobre los otros saberes también tan necesarios y justos para la vida?, ¿es suficiente la mera crítica al dualismo?, ¿o necesitamos “poner el cuerpo” para desentrañar y desmontar el cúmulo de mutilaciones operadas en la dialéctica del cuerpo del conocimento-conocimiento del cuerpo?, ¿cómo crear nuevas metáforas y otras cartografías que nos posibilite formas diversas de vivir y habitar nuestra corporalidad?, ¿cómo desentrañar desde el cuerpo los “entres”, es decir, las dimensiones tensionales como dimensiones de potencia, de movimiento, de humanización?, ¿cómo enseñar y aprender para habitar cartografías del orden de lo tensional y de lo conflictivo; sin que ello nos sumerja en procesos angustiantes de frustración, y sí de movimientos vitales? Entendemos que un peldaño para cartografiar en esta dirección es sensibilizarnos a la multidimensionalidad de nuestra experiencia corporal e intentando comprender su vinculo con los discursos sobre el cuerpo. Reconocemos que existen dimensiones de la corporalidad que, más que partes, son versiones de focalizar la experiencia que tenemos como seres corpóreos. ¿Cómo desentrañar esas visiones pretendidamente totalizantes tan caras a la modernidad y asumir que nuestras miradas son parciales, finitas, limitadas; sin que ello niegue la objevidad (parcial y situada)? Como investigadorxs comprometidxs con los tiempos que vivimos, asumimos que reconocer nuestra limitación en el proceso de investigación amplía nuestra potencia y, al contrario, negar y renegar dicha limitación, no hace más que aumentar nuestra prepotencia. Y mientras nos empecinemos en sostener esta “prepotencia” no hacemos más que sesgar el conocimiento con miradas en complicidad con actitudes que, en lugar de buscar la verdad, no hacen más que perpetuar y reforzar el poder. Entonces, nuestra apuesta es desentrañar estos procesos para así ir decolonizando el saber y el poder de los modos de enseñar y aprender; y también de investigar, asumiendo que lo hacemos desde un cuerpo.  

Abstract:
Se propone un trabajo que trata sobre la manera en que desde la sociología de Georg Simmel, específicamente su concepto de sociabilidad, es posible pensar las relaciones sociales desde ámbitos no mediados por el lenguaje ni el poder. Esto conduce a comprender el papel de las emociones y los sentimientos en dichas relaciones como una de las disímiles formas homeostásicas que la cultura humana deriva de los procesos orgánicos de homeóstasis natural. Las fuentes teóricas de las que se parte son la sociología simemeliana, la propuesta neurobiológica sobre las emociones y los sentimientos de Antonio Damasio y los postulados fenomenológicos y sistémicos de la teoría de la comunicación. El objetivo es realizar una demostración conceptual que permita articular estas tres fuentes teóricas para dar a la luz un modelo teórico-metodológico de análisis de las relaciones y prácticas socioculturales cuando éstas no están mediadas por el poder.

Abstract:
Hoy en día, se afirma la idea de un sujeto y de una subjetividad capaz de tomar en cuenta las diferencias culturales y de género. Como así también de incorporar analíticamente los procesos de subjetivación situados, las relaciones complejas con la tecnociencia, asi como la capacidad contextual de reflexividad personal, de responder individualmente a los cambios e incertidumbres sociales, la capacidad de resistencia y de creatividad. En esto contexto, las emociones se afirman como un objeto de análisis importante en la sociología y en la construcción social de la subjectividad. Esta presentación es una investigación teorica de las conexione entre la construcción de la subjectividad y la importancia social de las emociones en el contexto de “giro afectivo” (Affective Turn) y de la emocionalización de la vida social y de las ciencias sociales. El giro afectivo esta fundado sobre una reflexión que combina estudios feministas, materialismo, posestructuralismo, la obra de Deleuze, la filosofía de Spinoza y el interes en las capacidades del cuerpo para afectar y ser afectado. Esta es una investigacion sobre la subjectividad differente de la sociologia de las emociones, fundada sobre las prácticas sociales y para la interpretación cultural de la subjetividad. Las emociones y la afectividad son un tema claramente político en la interpretación de la subjetividad, en la emergencia de una ontología que conecte social y natural, cognitivo y cuerpo, racionalidad y sensibilidad. Esta presentación discute las implicaciones teoréticas y epistemológicas de este debate.

Abstract:
Desde el comienzo de su producción teórica, León Rozitchner le otorgó a la afectividad un lugar central en su filosofía. Si bien esta problemática se encuentra ya ampliamente desarrollada en su tesis doctoral sobre Max Scheler (1960), es en su libro sobre Freud (1972) donde Rozitchner condensa este movimiento de su pensamiento al enunciar que "el sujeto es núcleo de verdad histórica". Con dicha afirmación el filósofo argentino señala que en lo más profundo de cada uno se produce una verdad sensible relativa al mundo y a los otros. Es el silencioso comercio con los hombres, la naturaleza y las cosas el que hace del cuerpo el lugar de la elaboración de una afectividad; el lugar de la elaboración de un saber que cada uno portará como índice de su inserción histórica en el mundo. Las condiciones del pensar, señala Rozitchner, son siempre las condiciones del descubrimiento de un obstáculo frente al que imponer esa coherencia sensible que cada uno encarna. Se piensa con el cuerpo y contra obstáculos históricos. Se trata de un trabajoso ejercicio mediante el que la propia afectividad busca ser prolongada en el mundo.  El pensamiento de Rozitchner se encontró siempre inserto en las problemáticas de su presente político. La nación material, con sus conflictos sociales, fue el verdadero punto de partida de su filosofía. La nación es entendida por Rozitchner como un límite terrestre que delimita formas del pensamiento. Por eso es que, sostiene, no hay pensamiento político sin que el cuerpo busque prolongarse en ese otro cuerpo común al que llamamos nación. Fue la distancia entre la realidad sentida y la realidad representada la que, desde comienzos de los años cincuenta, puso en movimiento su escritura. Fueron los obstáculos advertidos en la vida política compartida los que motorizaron sus indagaciones, los que dispararon los problemas teóricos que harían de su pluma, con el paso del tiempo, una de las más productivas del siglo veinte argentino. La emoción vivida fue, para Rozitchner, el índice de verdad a partir del que desarrolló su pensamiento. La humillación, la soledad, la angustia, fueron verdaderos índices a partir de los que Rozitchner logró posicionarse política y socialmente frente a situaciones históricas específicas. En la presente ponencia desarrollaremos dos de sus intervenciones más potentes en las que el enlazamiento de afectividad y política se expresa en toda su contundencia. Por un lado, su libro escrito sobre Malvinas durante el desarrollo de la guerra; por el otro, su intervención en el debate No Matarás, relativo al lugar histórico de la violencia política de los años setenta. En ambos trabajos la afectividad histórica aparece como el punto de partida y de llegada de su pensamiento político.

Abstract:
Construcción social del significado en la cotidianidad; emociones, prácticas y saberes. Fátima Flores[1]  En esta ponencia se expondrán las dimensiones subjetivas y objetivas que delimitan la construcción social del significado partiendo de la experiencia vivida de personas que habitan en contextos de vulnerabilidad social y emocional  en una zona costera de Yucatán en México. Partimos de que los entramados subjetivos tienen un grado de importancia para el sujeto que son prácticamente consensuados a lo largo de la experiencia de vida, transformando ese proceso subjetivo en la verdad del sujeto inmerso en su cultura, en otras palabras, los objetos de la experiencia, corresponden a los objetos del entendimiento y,  es ahí cuando se unifica el conocimiento y la experiencia, haciendo una conjunción arraigada en los intersticios de la propia subjetividad. La subjetividad y singularidad desde la psicología cultural, son dos procesos que se construyen en paralelo hasta trastocarse y fundirse en la unicidad del sujeto, haciendo un recorrido de dentro para fuera y de fuera para dentro del contexto en el que las personas crecen y de desarrollan. De ahí que la subjetividad no sea solo una construcción individual sino y sobre todo una experiencia social que se recorre a través del cuerpo en relación. Se requiere por lo tanto, transitar del individuo o sujeto parlante  al contexto referencial de su contexto social y viceversa,  la  interpretación que hace de su experiencia no es solo un eco de lo social o del discurso que circula en las voces que lo circundan, su vivencia del mundo no es anónima, se inscribe en su cuerpo y depende de su transitar en la historia y estos elementos los hacemos cruciales para comprender lo que ocurre en el mundo simbólico de hombres y mujeres desde esa Otredad. Nuestro método por lo tanto,  apunta a intentar captar todas aquéllas resonancias subjetivas de  los significados que las personas construyen desde su discurso y experiencia, lo  que constituye su bagaje representacional y a través del cual también le dan sentido a su experiencia vivida. Demostraremos a través de resultados de investigación aplicada el  lugar que ese significado ocupa en la construcción subjetiva de hombres y mujeres generando sentido de bienestar o malestar en sus contextos de interacción.     [1] Investigadora Titular de Tiempo Completo en el Centro Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales (CEPHCIS)  Sede Foránea. UNAM. Mérida, Yuc. México.  

Abstract:
Neurosociologia: Nuevo campo para conocer el por qué de la conducta humana en sociedad Palabras claves: Neurosociologia, Conducta social, Estructuras cerebrales, Percepción,  Interacción social  La Neurosociología es una disciplina emergente dentro del campo de las neurociencias sociales, cuya base teórica desde la Sociología moderna, fue desarrollada por el sociólogo norteamericano Warren  TenHouten en 1972, la misma se integra, desde una perspectiva científico social, a la biología, la psicología y la sociología, siendo algunos de sus objetivos la interpretación de los procesos biológicos y sus interacciones con la conducta social. Se explica desde e l funcionamiento biológico que tiene el cerebro humano y su relación con el comportamiento en sociedad, podemos decir que es el estudio interdisciplinario de los procesos neurobiológicos que nos permiten interactuar con el mundo social TenHouten, investigo diferencias culturales en la utilización de los hemisferios cerebrales en los aborígenes australianos y los niños euro-australianos. Su trabajo empírico ha demostrado importantes vínculos entre la cultura y las formas de convivir en el mundo, es decir, cómo la cultura y el entorno social pueden afectar a las estructuras cerebrales y estas a su pensamiento, en su forma de actuar y percibir el mundo. El proceso que conduce a un comportamiento social comienza a partir de la percepción de un estimulo de relevancia y requiere la intervención de varias áreas del cerebro que interactúan en conjunto, como también el estado emocional que presenta, cuando procesa la información. La percepción de los estímulos sociales, sigue el procesamiento de sus características, atreves de mecanismos de percepción, reconocimiento y medición de los mismos estímulos, dando la información necesaria para crear una representación social del medio ambiente. Para la percepción social, la cognición social y el comportamiento social, algunas regiones del cerebro tienen que trabajar interconectadas, por ejemplo el lóbulo temporal, tienen que interactuar, con otras áreas del cerebro como la amígdala, la corteza prefrontal, que ayuda para la conducta social Dentro de un enfoque estructural-funcionalista, el análisis neurosociologico toma la función neuronal y la vida mental del individuo en sociedad como un nivel de realidad, requiriendo un micronivel de análisis, desde las moléculas a las culturas. Lo que se busca es interpretar el hecho social desde la función cognitiva cerebral y emocional, y estudiar las proyecciones en la conducta individual y colectiva. Para poder interpretar ciertos hechos o conductas sociales, es necesario poder inferir, lo que piensan, sienten y  actúan  las personas; en estos últimos años,  se descubrió, que existen ciertos grupos de células especiales en el cerebro denominadas neuronas espejo que nos permiten lograr entender a los demás. Estas células nos vinculan entre nosotros, desde el punto de vista mental y emocional.

Abstract:
  Epistemopolis. El uso del cuerpo como tabla de escritura. Resumen. Los acercamientos que hay del saber al saber corren una riesgo en la escritura y de trazo significante, positivisar el recorrido teórico y el campo de la experiencia. Positivisar, en este breve recorrido equivale a darle una posición privilegiada de verdad a algo que no lo tiene, no quiero decir que no lo intente, sólo puntualizó, la verdad puesta como totalizante o totalizadora corre el riesgo de la no inclusión de otros acercamientos a la verdad, y la verdad toda con mayúscula, sólo se sostiene desde los mitos, de origen o de muerte. Epistemopolis sostiene una relación bilateral entre la polis como elemento totalitario y la episteme como una forma moral[1] que renuncia a la pregunta por nada, por el vacío y por el sin-sentido. Esa relación bilateral, es relación porqué ambos espacios se atraen como roedores y es bilateral porqué resulta esencial la presencia del gobierno significante del que ambos se benefician. El saber tiene gobierno y la politización tiene el mapa, el recorrido, las trincheras y la verdad a su servicio, ¿Acaso no se les llama a esos colaboradores de intelecto y de mano de obra servidores y empleados, capital o recurso humano?, ¿Estaríamos siendo imprudentes ahora si invertimos el término servicio o empleo por el de prostitución o cosificación? La prostitución y el uso de la mano de obra, (escúchese mano de obra como una extensión del cuerpo y ya no de lo humano racional) traen arrastrando significantes de exclusión, de abuso y de represión, y habrá que recordar que la historia por más que se maquille no alcanza a escamotear la división y el atropello epistemopolítico. Si nos reservamos el significante cosa el final, podemos trazar un puente Foucaultiano, hay una politización del cuerpo y de sus prácticas (ya Marx anunciaba su sospechosismo sobre la existencia de la libertad), y por tanto eso de la pertenencia del cuerpo habrá que ver quienes se la agencian. La mano de obra es una forma convencional del alquiler del cuerpo, y en esas circunstancias de alquiler, la prostitución tiene muchos cruces[2], el que alquila se pone en el lugar amo, pretencioso de su libertad de disponer del otro, libertad encubierta pues necesita usar, y el que se alquila, entrega su lugar como sujeto[3] para poner su cuerpo a expensas del otro, por unas horas ese cuerpo no le pertenece.     [1] Moral aquí aparece como una dicotomía que cierra las posibilidades que hay fuera y dentro del uno y el otro como equivalentes en tanto mantienen una relación univoca de provocación. Pensemos el perfeccionamiento que a través de la historia se ha confabulado entre el bien y el mal, más que ajenos aparecen polarizados, uno anuncia y el otro responde, todo en una operación lineal. [2] Prostitución se piensa desde una relación de uso del cuerpo, en donde el cuerpo se alquila como una anulación del sujeto, es el cuerpo el que queda a merced del otro. [3] Sujeto social.  

Abstract:
El panorama sociodemográfico global presenta una transición sin precedentes: los pueblos están envejeciendo de manera dramática. Mientras que en los países ricos se debe principalmente al aumento de la esperanza de vida, en Latinoamérica se suma la disminución de la mortalidad (OMS, 2015) como parte de la transición epidemiológica que implica que las enfermedades infecciosas dejaron su lugar a las crónicas como la principal preocupación de salud en el mundo, principalmente en personas adultas mayores. Se prevé que en México, Colombia y Chile las personas de 65 y más años alcancen una representación del 14% en 25 años (González Pérez, et al., 2011), mientras que en Brasil el incremento del 10 al 20% tendrá lugar en 20 años (OMS, 2015). En comparación, Francia tuvo 150 años para adaptarse a ese incremento. No obstante, la mayoría de los abordajes son epidemiológicos y enfatizan el desarrollo de soluciones en política social y económica, poniendo el foco en la atención de la salud. Cobra relevancia ahondar en los procesos sociohistóricos que han dado forma a la vejez misma, que heredó sus significados de condiciones de vida distintas a las actuales y difícilmente replicables Latinoamérica, incluyendo aquellas relacionadas con el retiro. Se pretende analizar el panorama social contemporáneo, caracterizado por una vejez cada vez más heterogénea y que se desenvuelve en una sociedad de consumo dirigida principalmente a los jóvenes con un fuerte énfasis sobre el cuerpo y, por otro lado, por la necesidad de cuestionar la relación entre envejecimiento y los significados sobre deterioro biológico, pasividad y dependencia, precipitando la emergencia de modelos más agénticos de vejez. El enfoque teórico es fenomenológico, enraizado en Alfred Schutz, sumando los desarrollos que Maurice Merleau-Ponty propuso sobre el cuerpo como punto de partida para la experiencia, corporeizada, que opera como condición de la interacción social. El estudio pretende dar cabida a las voces en primera persona de lo que significa tener un cuerpo envejecido para poder dar cuenta de los escenarios de significación y socialización en los que esas experiencias se desenvuelven, así como las posibilidades que ofrecen para contener las maneras de estar en el mundo.  Opera el interés por desentrañar el sentido común en el que tiene lugar esa experiencia sobre el cuerpo y dar cuenta de las condiciones que lo propician; en particular sobre cómo el posible deterioro del cuerpo impacta en la manera de experimentar el mundo. -  OMS (2015) World Report on Ageing and Health. - González Pérez, et al. (2011) Envejecimiento demográfico, condiciones sociales y mortalidad del adulto mayor en México. En Flores Villavicencio, Vega López, & González Pérez (coords.), Condiciones sociales y calidad de vida en el adulto mayor: Experiencias de México, Chile y Colombia: Universidad de Guadalajara.

Abstract:
Las peleas, los insultos, las burlas, los golpes, los prejuicios, la estigmatización, todo pasa por el cuerpo. Así como el conflicto es inherente a las relaciones humanas, no podemos dejar de pensar que gran parte de los mismos toman lugar en la corporalidad de los jóvenes. El cuerpo es el lugar donde se encarna la conflictividad. Es allí donde se tejen múltiples subjetividades, "lo social se encarna en el cuerpo" (Kaplan, 2013). Resulta de interés también, retomar la idea de que “...los estudios sobre el cuerpo y la subjetividad suelen ir juntos en el intento por superar las concepciones dualistas de la modernidad” (Bravin, 2013, p. 266). De modo que el cuerpo es además una experiencia subjetiva donde se tensionan el ser un cuerpo-poseer un cuerpo. (Le Breton, 2002) Es por todo ello que cobra vital relevancia abordar las dimensiones emocionales, socio-psíquicas y corporales de la subjetividad en la dinámica de las interacciones en la escuela  a la hora de intentar comprender las relaciones sociales que en ella tienen lugar. Pero para lograr este acercamiento, debemos primero poner en claro lo que entendemos por cuerpo. Nos focalizamos desde esta línea investigativa, en la idea de la  corporalidad como una construcción social. Entendemos al cuerpo no como un ente biológico exclusivamente, ni tampoco como una propiedad del sujeto que lo separa y diferencia de la sociedad, sino más bien desde una perspectiva que engloba en él aspectos sociales. Siguiendo a autores como David Le Breton, Norbert Elias y Erving Goffman, entre otros que iremos desarrollando a lo largo de este escrito, veremos al cuerpo ya no como una frontera que separa al hombre de su entorno, sino como un mediador entre el individuo y la sociedad. Para sostener entonces la hipótesis de que los vínculos entre los estudiantes están mediados por el cuerpo, resulta de interés retomar cuáles son, según los propios jóvenes, las causas de discriminación o las burlas que dan inicio, en muchos casos, a situaciones de violencia física. Intentaremos para ello retomar la voz de los estudiantes, que fueron recogidas a través de cuatro entrevistas focales realizadas a jóvenes de 3er y 6to año de dos escuelas del partido de La Matanza y de otras dos escuelas de la localidad de Los Hornos, en las afueras de la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina. También se recogerán entrevistas realizadas a jóvenes de 5to año de las últimas dos escuelas mencionadas.  

Abstract:
Los estudios sobre el cuerpo y los afectos han mostrado el papel que juegan estos en la constitución de ordenamientos sociales e identitarios de diversa índole (sexo-genéricos, de clase, religiosos, nacionales, etc.). Sin embargo, también han develado los numerosos retos teórico-metodológicos que, como investigadores, nos plantean este tipo de problemáticas. Uno, particularmente acuciante, tiene que ver con los modos en que aprendemos a utilizar el cuerpo perceptiva, sensorial y técnicamente  –en relación a un grupo de referencia y en contextos específicos. En ese sentido, los estudios sobre el cuerpo y la afectividad requieren echar mano de los debates recientes que hay sobre socialización, a fin de extraer ciertos claves analíticas que hagan hincapié en el vínculo entre cuerpo sintiente, lazos afectivos y procesos de socialización. En esta ponencia muestro cómo la sociología disposicional encabezada por Pierre Bourdieu -y que continúa en las investigaciones recientes de Loïc  Wacquant y Bernard Lahire- ofrece una salida para encarar este problema, en tanto se ocupa de  los modos en que se adquieren disposiciones en contextos específicos de acción.  Esta sociología parte de una categoría clave: el habitus, entendido como un conjunto de disposiciones a percibir, actuar y juzgar que ha sido adquirido durante los procesos de socialización  por los que atraviesa un individuo. En ese sentido, los debates de dicha tradición se articulan  a partir de dos ejes principales: a. el cuerpo (el habitus es un modelo de acción corporal que pretende diluir duplas como mente/cuerpo y razón/emoción); y b. los procesos de socialización (en tanto, es adquirido). Así, más allá de las diferencias entre los autores mencionados, es posible identificar  estrategias teórico-metodológicas que den cuenta del vínculo cuerpo-afectividad-socialización. En particular, me refiero a la socialización cuerpo a cuerpo de P. Bourdieu, la etnografía carnal de L. Wacquant y la reconstrucción de matrices de socialización de las que habla B. Lahire. De ahí que esta ponencia esté dividida en tres apartados. En el primero, doy cuenta de la importancia de examinar el vínculo entre cuerpo, afectividad y socialización, pues se trata de un problema pertinente para los estudios recientes sobre cuerpo y afectos. En el segundo, doy cuenta de los dos ejes que articulan los debates recientes de la sociología disposicional a partir de las obras de Pierre Bourdieu, Loic Wacquant y Bernard Lahire. Y por último, examino críticamente las estrategias teórico-metodológicas de cada uno de ellos, a fin de robustecer un entramado que en el marco de los procesos socializadores haga hincapié en la consideración del cuerpo sintiente y los lazos afectivos y sea útil para los estudios recientes sobre el cuerpo y la afectividad.

Abstract:
            La intención de este trabajo es plantear la productividad, para la investigación social de los cuerpos y las emociones, de un abordaje que tenga por ejes a las nociones de "técnica" y "estética". Así, se sostendrá una discusión atinente a aquello que bourdieuanamente cabe entender como el modus operandi puesto en juego en el proceso de producción de conocimiento sociológico. Y la referencia a este autor no es casual, pues su propuesta teórica constituye uno de los pilares en lo que se sostendrá nuestro argumento. Autor que será puesto en diálogo con la concepción de teoría crítica de la sociedad elaborada por la "primera generación" de la Escuela de Frankfurt, dando esto lugar a una perspectiva que cabe denominar: "teoría crítica reflexiva". Sobre esta base, entonces, se buscará reproblematizar el concepto de "prácticas corporales". Por un lado, como instancia clave de una ruptura epistemológica (frente a la noción de "actividad física") que posibilita construir a los cuerpos como objeto de estudio específicamente sociológico. Y, por el otro, como aquellas prácticas que entrañan un uso reglado cuya especificidad (frente a otro tipo de prácticas, como las sociales o las culturales) es producir una corporalidad. Planteo que implica volver sobre la clásica noción de “técnicas corporales” de Marcel Mauss, con vistas a resignificarla.             Como complemento de lo anterior, se plantea un abordaje "estético" de los cuerpos, pero no entendiéndolo en su moderno significado de "teoría del arte", sino en su más clásica acepción de una problematización de la percepción, de la configuración sensible y su división. En definitiva, se problematizará cómo los modos de visión y división de lo social constituyen en una instancia clave de la producción de una determinada corporalidad, no sólo al generar la "distinción" entre cuerpos legítimos e ilegítimos, sino incluso al dar lugar a esa división más fundamental que escinde aquello que entendemos como propio de los cuerpos de lo ajeno a éstos, lo "no-corporal". Es aquí que el dualismo cartesiano (aun cuando actualmente es cuestionado por diversas vertientes de la sociología de los cuerpos) pareciera seguir cumpliendo una función configurante de las percepciones y, consecuentemente, de la corporalidad así producida.             Todo esto como parte de una propuesta más amplia que, a partir de la caracterización de los mecanismos productores de las corporalidades hoy dominantes, sea capaz de "hacerlos saltar por los aires". En definitiva, como instancia de un esfuerzo por elaborar una crítica corporal de lo político.