Abstract:
Las dinámicas de desarrollo reciente en América Latina y el Caribe están estrechamente relacionadas con las trasformaciones registradas en las actividades productivas intensivas en Recursos Naturales, que son consecuencia tanto de los cambios globales en la era de la información como de conflictos sociales y de orientaciones políticas determinadas. Por un lado, estas actividades han sido (y continuán siendo) la principal forma de inserción de la economía regional en los procesos de globalización, lo cual han permitido lograr grandes avances en la tecno-economía informacional, en lo que se denominó “extractivismo informacional” (economía extractiva sustentada en inversiones novedosas y a veces muy creativas tecnológicamente para explotar los recursos naturales). Esto ha sido estratégico para los Estados en su múltiples orientaciones políticas, construyendo en varios casos una amplia coordinación económica y social, logrando estabilidad en las cuentas fiscales, inversiones estatales amplias y diversificadas, sobre todo en infraestructura; heterodoxas formas de asociación con nuevos capitales transnacionales para fortalecer tal “extractivismo”; y complejas ecuaciones políticas de un nuevo regionalismo latinoamericanista, aunque más político que económico o sociocultural (Calderón, 2016).Por otro lado, como contraparte los conflictos socio-ambientales se han multiplicado en los últimos años, asociados a la expansión de movimientos sociales con fuerte presencia territorial, pero insertos en el informacionalismo, a traves de la Red en asociación con otras organizaciones de alcance global. En el centro de estos conflictos y disputas territoriales, se ha colocado el cuestionamiento al extractivismo informacional como modelo que garantice la dignidad de las personas para un desarrollo humano sostenible.