Abstract:
La industria automotriz ha sido un escaparate de las transformaciones del capitalismo en América Latina desde principios del siglo XX. Comenzando por la influencia que este sector, compuesto principalmente por grandes empresas privadas de origen extranjero, ejerció y aún ejerce  sobre las políticas económicas de los gobiernos de nuestro continente, tanto a nivel internacional – acuerdos continentales o subcontinentales – como a nivel interno – regulaciones federales, regionales y locales. Esta influencia revela, de acuerdo a la perspectiva histórica en que nos situamos analíticamente, las propias singularidades de la expansión de la acumulación capitalista de base industrial en América Latina. Por otro lado, es un hecho que el crecimiento de esta industria en los países latinoamericanos no ocurrió desvinculado de las transformaciones sufridas por el sector a nivel mundial. Sobre todo en los países capitalistas centrales en los que están localizadas las sedes principales de las empresas de manera clásica, como los Estados Unidos, Alemania, Italia, Suecia, Francia y Japón; aunque también en las economías de desarrollo más reciente como Rusia, Corea del Sur, India y China. De aquí la pertinencia de abordar su estudio desde la perspectiva de la expansión de los países hegemónicos considerando la integración internacional de los aparatos productivos desde su origen en América Latina, bajo la modalidad de los completly knocked down (CKD), los procesos sustitutivos de importaciones y la fase de la especialización productiva en la etapa de la globalización. En este tránsito, también se ha asistido a la modificación del patrón de reproducción de capital en los países objeto de este estudio. Esta compleja relación entre el papel del Estado como testigo-regulador-facilitador del proceso de implantación, de maduración de este sector y su relación con los distintos actores a lo largo del siglo que tiene esta industria en la región. Bajo esta perspectiva es muy relevante el papel que ha jugado el Estado en el impulso y estímulo, conducción y adecuación a las estrategias de las empresas trasnacionales de industria automotriz, cobijados bajo las políticas de desarrollo nacional y dentro de ellas las políticas industriales en los distintos países a lo largo de la evolución de la industria en la región. Tema de la mayor relevancia en las recientes décadas pasadas, atravesadas por el neoliberalismo y el ascenso de proyectos de base popular (Brasil y Argentina) y la subordinación incondicional bajo los gobiernos de derecha en México (Fox, Calderón y Peña). De modo que es notorio y se observa que la instalación de las plantas productivas de las principales empresas transnacionales del sector en los países latinoamericanos – sobretodo Argentina, Brasil y México – produce, de acuerdo al contexto, transferencias de determinados padrones o paradigmas de innovación tecnológica y organizacional: desde la concepción de productos y la maquinaria necesaria para su producción, a las formas de gestión de la fuerza de trabajo en las plantas, además de las complejas relaciones que las propias firmas establecen entre sí, como participantes de cadenas industriales y de servicios. En síntesis, la implantación y expansión de la industria automotriz en América Latina es el escenario de importantes movimientos en la formación económica y política de las sociedades de nuestros países. Y trae con ella una trama de relaciones dialécticas (necesariamente conflictivas, aunque negociadas) entre el protagonismo de la clase trabajadora, la expansión mundial de las corporaciones privadas y la acción del Estado, en base de proyectos de desarrollo socioeconómico. Un escenario en el cual se vienen desarrollando diversas formas de lucha sindical (corporativas o de masas). O bien, el predominio de un sindicalismo corporativo estatal subordinado al partido gobernante y aliado a las empresas trasnacionales, como es el caso mexicano. Asimismo, la implementación de doctrinas de política económica (como el desarrollismo y el neoliberalismo) y, correlativamente, determinados sistemas de organización de la producción y de gestión de la fuerza de trabajo (como el taylorismo-fordismo y el toyotismo). Es, pues, por esta relevancia de la industria automotriz como marco de los procesos sociales de nuestro continente que se realiza esta propuesta pública para la organización de un libro colectivo, integrado por capítulos de varios/as autores, buscando analizar la configuración reciente de estos procesos en América Latina, principalmente en Argentina, Brasil y México, países en los cuales se situaron históricamente los principales polos automotrices de la región.

Abstract:
Justificación La industria automotriz ha sido un escaparate de las transformaciones del capitalismo en América Latina desde principios del siglo XX. Comenzando por la influencia que este sector, compuesto principalmente por grandes empresas privadas de origen extranjero, ejerció y aún ejerce  sobre las políticas económicas de los gobiernos de nuestro continente, tanto a nivel internacional – acuerdos continentales o subcontinentales – como a nivel interno – regulaciones federales, regionales y locales. Esta influencia revela, de acuerdo a la perspectiva histórica en que nos situamos analíticamente, las propias singularidades de la expansión de la acumulación capitalista de base industrial en América Latina. Por otro lado, es un hecho que el crecimiento de esta industria en los países latinoamericanos no ocurrió desvinculado de las transformaciones sufridas por el sector a nivel mundial. Sobre todo en los países capitalistas centrales en los que están localizadas las sedes principales de las empresas de manera clásica, como los Estados Unidos, Alemania, Italia, Suecia, Francia y Japón; aunque también en las economías de desarrollo más reciente como Rusia, Corea del Sur, India y China. De aquí la pertinencia de abordar su estudio desde la perspectiva de la expansión de los países hegemónicos considerando la integración internacional de los aparatos productivos desde su origen en América Latina, bajo la modalidad de los completly knocked down (CKD), los procesos sustitutivos de importaciones y la fase de la especialización productiva en la etapa de la globalización. En este tránsito, también se ha asistido a la modificación del patrón de reproducción de capital en los países objeto de este estudio. Esta compleja relación entre el papel del Estado como testigo-regulador-facilitador del proceso de implantación, de maduración de este sector y su relación con los distintos actores a lo largo del siglo que tiene esta industria en la región. Bajo esta perspectiva es muy relevante el papel que ha jugado el Estado en el impulso y estímulo, conducción y adecuación a las estrategias de las empresas trasnacionales de industria automotriz, cobijados bajo las políticas de desarrollo nacional y dentro de ellas las políticas industriales en los distintos países a lo largo de la evolución de la industria en la región. Tema de la mayor relevancia en las recientes décadas pasadas, atravesadas por el neoliberalismo y el ascenso de proyectos de base popular (Brasil y Argentina) y la subordinación incondicional bajo los gobiernos de derecha en México (Fox, Calderón y Peña). De modo que es notorio y se observa que la instalación de las plantas productivas de las principales empresas transnacionales del sector en los países latinoamericanos – sobretodo Argentina, Brasil y México – produce, de acuerdo al contexto, transferencias de determinados padrones o paradigmas de innovación tecnológica y organizacional: desde la concepción de productos y la maquinaria necesaria para su producción, a las formas de gestión de la fuerza de trabajo en las plantas, además de las complejas relaciones que las propias firmas establecen entre sí, como participantes de cadenas industriales y de servicios. En síntesis, la implantación y expansión de la industria automotriz en América Latina es el escenario de importantes movimientos en la formación económica y política de las sociedades de nuestros países. Y trae con ella una trama de relaciones dialécticas (necesariamente conflictivas, aunque negociadas) entre el protagonismo de la clase trabajadora, la expansión mundial de las corporaciones privadas y la acción del Estado, en base de proyectos de desarrollo socioeconómico. Un escenario en el cual se vienen desarrollando diversas formas de lucha sindical (corporativas o de masas). O bien, el predominio de un sindicalismo corporativo estatal subordinado al partido gobernante y aliado a las empresas trasnacionales, como es el caso mexicano. Asimismo, la implementación de doctrinas de política económica (como el desarrollismo y el neoliberalismo) y, correlativamente, determinados sistemas de organización de la producción y de gestión de la fuerza de trabajo (como el taylorismo-fordismo y el toyotismo). Es, pues, por esta relevancia de la industria automotriz como marco de los procesos sociales de nuestro continente que se realiza esta propuesta pública para la organización de un libro colectivo, integrado por capítulos de varios/as autores, buscando analizar la configuración reciente de estos procesos en América Latina, principalmente en Argentina, Brasil y México, países en los cuales se situaron históricamente los principales polos automotrices de la región.